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El estómago revuelto de la educación pt. 4

[Original context]

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Para hablar del último problema, abro la pregunta: ¿para qué educamos? No es para poner en duda el hecho de que sea necesario; sino que más bien, cómo se configura y diseña la educación. Si la educación es un automóvil; ¿éste es para carreras, o para hacer viajes familiares?. ¿Para qué enseñamos?, podemos enseñar para mantener el fenotipo educativo vivo (éste que llevamos miles de años juntando, y en cierta forma nos determina como especie ya tanto como nuestro genotipo), o bien, puede que eduquemos para habilitar a los alumnos a ganar dinero. O bien, educar para ser felices. Más bien parece que a todos esos objetivos debería atacar la educación, pero bien parece que cada persona ve la educación de una manera radicalmente diferente porque entiende el significado de la educación en su forma propia.

Me gustaría poner de relieve, el mayor y más dramático fracaso de los colegios. Por el enorme fracaso que han tenido para transmitir los contenidos académicos a sus alumnos, se proyecta una sombra escondiendo el problema de enseñarnos y formarnos como seres humanos. Alguien intentando apagar incendios y salvar urgencias, se olvida de salvar lo que es importante. A lo largo de nuestras vidas, estamos confinados a lidiar por nuestras teorías y conclusiones propias (y a veces deformes por traumatismos) con las demás personas, y con nuestros propias dificultades personales.

Algunas personas con la suerte de surgir en entornos amistosos, desarrollan una inteligencia emocional que los hace abiertos a escuchar críticas, encontrar problemas propios, y descubrir los orígenes de sus miedos, limitaciones y dolores psicológicos. Pero el resto no. Ante un miedo, reaccionan de la forma mós natural, intentando ocultarlo en lo más oscuro de sus mentes, y generando muchas veces patrones dolorosos y depresivos.

Pues tales son los ladrillos que construyen ya casi todos los países hoy en día. Un gran grupo de ovejas que no tienen ánimos ya ni de levantar la cabeza, porque les aquejan demonios. Unos sintiendo codicias enormes que no les dejan vivir tranquilamente, otros con inseguridades que los invalidan socialmente, otros incapaces de dominar sus impulsos para lograr objetivos mayores. Sólo basta ver videos en youtube, de peleas ridículas; personas que sienten pulsiones fuertes, que no pueden identificar, y que su contraparte tampoco sabe cómo recibir. Todo se origina en la incapacidad de auto conocerse, en la poca información que se entrega en la mayor parte de los colegios en referencia a nosotros mismos. ¿no era más importante conocer los mecanismos de autoengaño, que el nombre que decidieron ponerle a los componentes adenina, timina, citosina y guanina, del adn? Realmente no sé que decir.